Don Giovanni celebra una fiesta en honor a los novios Zerlina y Masetto. En realidad es un truco para tener cerca a Zerlina mientras Leporello entretiene a Masetto. Llegan doña Elvira, don Octavio y doña Ana, ataviados con máscaras. Ya han reconocido al traidor y pretenden acusarle de asesinato. Curiosamente, tres orquestas tocan a la vez en el palacio.
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La petición de ayuda
Doña Elvira lleva a Zerlina lejos de las garras de don Giovanni, que ha invitado a los novios a una fiesta en su palacio. Llegan doña Ana y don Octavio que, sin reconocer a don Giovanni, le piden ayuda para vengar al comendador.
Allí nos daremos la mano
Mientras Leporello entretiene a Masetto, don Giovanni coquetea con Zerlina. Juntos cantan un precioso dúo titulado «Là, ci darem la mano» (allí nos daremos la mano).
Cuadro 3º: junto al palacio de don Giovanni.
Don Giovanni y Leporello se encuentran con un cortejo nupcial. Va a celebrarse la boda de los campesinos Zerlina y Masetto.
El catálogo
Leporello le dice a doña Elvira que se olvide de don Giovanni, pues este es un bribón que engaña a las mujeres para tener muchas novias. Le enseña una agenda con los nombres de cientos de mujeres. Solo en España… ¡1003 novias!
Cuadro 2º: en las afueras de Sevilla.
Días más tarde, don Giovanni y Leporello se encuentran con una bella dama que oculta su rostro tras un abanico. Don Giovanni intenta cortejarla hasta que se da cuenta de que es una antigua novia a la que había abandonado. Entonces huye despavorido.
La promesa
El cobarde asesino y su sirviente huyen. Entonces llegan doña Ana y su prometido don Octavio.
Horrorizados por lo ocurrido, prometen ante el comendador que encontrarán al enmascarado
y vengarán su muerte.
Cuadro 1º: patio del comendador
El comendador persigue a un asaltante enmascarado que ha intentado atacar a su hija, doña Ana.
El criado del enmascarado vigila los alrededores.
La pelea
El enmascarado, que resulta ser el adinerado pícaro don Giovanni, lucha con el comendador y lo mata.
Mientras tanto, su fiel sirviente Leporello sigue vigilando la retaguardia, muy preocupado.